Waslala: memorial del futuro

Mi Humilde Opinión Nº 37

Portada de Seix Barral "Waslala: en busca de la civilización perdida"
Portada de Seix Barral "Waslala: en busca de la civilización perdida"

Utopía, una palabra, me atrevo a afirmar, casi en desuso; palabra que evoca mentes idealistas llenas de sueños de un mundo, un lugar, algo “que no es”. Palabra concebida por Tomas Moro, un santo.

Waslala: memorial del futuro, tercera novela de la nicaragüense Gioconda Belli, publicada en 1996. El ejemplar que leí, de mi colección privada, es una 2ª. Ed. de Anamá Ediciones Centroamericanas, del año 2007.

En esta historia, volvemos a Faguas, años en el futuro, un país convertido en pulmón mundial y basurero, un país degradado por la guerra y un conflicto eterno entre facciones, dominados por personas que bajo supuestos ideales ocultan su egoísmo y ambición.

Melisandra, cuya vida a transcurrido junto a un inmenso río viviendo con su abuelo, decide un día partir con Raphael un reportero extranjero en busca de Waslala, un pueblo de leyenda donde sus habitantes han construido una sociedad, un paraíso perdido en la geografía nacional, un ejemplo a seguir de habitabilidad necesario para que el mundo salga de su atolladero material y moral, un lugar utópico en cuya búsqueda se perdieron los padres de Melisandra.

Si comparo esta obra con “La Mujer habitada” de la misma escritora, “Waslala” no resulta tan apasionante, sin embargo, su significado didáctico y su estilo semi-ensayístico hacen de esta historia, una obra de gran valor. Gioconda Belli hace uso de un tipo de memoria, que en voz de la madre de Melisandra, se define: “…hay también una memoria; un memorial del futuro; que también albergamos el recuerdo de lo que puede llegar a ser”.

Es así como Gioconda Belli imaginó la que podría ocurrir con Faguas, un país de Latinoamérica (En una entrevista Belli reveló el significado de Faguas, fuego y agua, haciendo alusión a Nicaragua, tierra de lagos y volcanes, aunque afirma que la realidad de Faguas es aplicable a cualquier país de la América de habla hispana) y nos lleva a un mundo donde la miseria es parte de la cotidianidad donde Waslala es el sueño de todos, la esperanza, el legado fundacional de los poetas de antaño.

Melisandra y Raphael se convierten en héroes de la historia, es así como Belli introduce su dosis de acción, tragedia, traición y contrabando. Se logra bien, pero no llega a mayor intensidad como “La Mujer Habitada”. Aunque claro, valga la aclaración, esta es solo mi humilde opinión.

El libro sin embargo, es fácil de leer y el estilo de Belli es palpable a cada página, los símiles descriptivos que usa hacen de su prosa una experiencia deliciosa, los detractores de Belli, son incapaces de entender, la impresión que las novelas de esta mujer dejan en sus seguidores.

En esta novela, Gioconda Belli rinde homenaje a personajes y sucesos. Uno de ellos, el accidente nuclear en Goiania Brasil en septiembre de 1987. Donde unos pobladores encontraron un recipiente con cesio 137, un material radiactivo cuyo polvo brilla en la oscuridad. Siete personas murieron embadurnadas de este polvo, incluyendo una niña de seis años quien había recibido de regalo un vasito con el polvo mágico. En esto se baso Belli para contar la contaminación radiactiva y la heroica muerte de un grupo de personajes de la historia. Dicho accidente fue catalogado como el mayor de América, sucedió un año después de Chernobyl. Belli cita a Eduardo Galeno, quien dice: “Chernovyl resuena cada día en los oídos del mundo. De Goiania nunca más se supo. América Latina es noticia condenada al olvido”.

José Coronel Urtecho poeta nicaragüense
José Coronel Urtecho poeta nicaragüense

Otro nicaragüense en quién se inspiro Belli fue el poeta José Coronel Urtecho y su Esposa María Kautz para crear a los abuelos de Melisandra habitantes de las márgenes del gran río, el Río San Juan a todas luces, junto con la legendaria fortaleza de la Inmaculada Concepción de Nicaragua; fue en esta novela que descubrí un episodio de la historia de Nicaragua en esta Castillo. La Batalla de 1780, donde venció el Vizconde Horacio Nelson, el mismo británico que participara y muriera en la famosa batalla de Trafalgar. Desconocía totalmente la participación de este personaje en la historia de Nicaragua, y más en este Castillo famoso por la gesta heroica de Rafaela Herrera. Sin embargo creo que el hecho de que entre sus muros estuviera merodeando Horacio Nelson, inmortalizado también por Benito Pérez Galdos en “Trafalgar” aumente al valor de este patrimonio de Nicaragua.

Volviendo a la obra, Granada, la ciudad colonial más antigua de Nicaragua, se transforma en Cineria y se acenta a la orilla opuesta de “la mar dulce” y es así como descubrimos nuestro país en el futuro, o por lo menos las huellas de un país de un mundo, cuya posible realidad es aterradora.

No me desilusiona Gioconda Belli, quizás no sea su mejor novela, pero se aprende mucho, deja lecciones y como es de esperar, nos hace preguntarnos: ¿Cuál es nuestra utopía? ¿Cuál es nuestra Waslala?

Hay mucho más que decir, pero les dejo el reto a ustedes mis amigos lectores, para que enriquezcan esta mi humilde opinión. Les dejo algunas frases:

“Quien piense que la soledad es la ingrata retribución de aquel que escoge una vida de contemplación y estudio, está equivocado” P 4.

“Solo los muertos son inofensivos. Por eso el cielo es de los muertos” P 102.

“… la sabiduría sin pasión no es más que sapiencia. No cambia nada. Hay que tener pasiones en la vida” P 167.

“¿Qué seríamos los seres humanos si no soñamos? ¿En qué mundo plano, mediocre y siniestro viviríamos? La humanidad se ha construido siguiendo sueños” P 217.

“…en la capacidad de imaginar lo imposible, estriba la grandeza, la única salvación de nuestra especie” P 221.

“Si lo ideal no es alcanzable, se descarta. Se le atribuye ilusiones perniciosas. Se le cubre de burla, o en el mejor de los casos, escepticismo” P 254.

Si no los convence mi humilde opinión, los insto a aventurarse en la búsqueda de Waslala, y crear su “memorial del futuro”. Si ya lo hicieron, espero sus comentarios, a fin de establecer una amena discusión sobre esta historia hilvanada por los ensortijados dedos de Gioconda Belli, Gioconda de la seducción.

8 comentarios en “Waslala: memorial del futuro

  1. Hola! veo que es una publicacion con sus años pero no queria dejar de comentar. Me parece muy certera tu reseña, con investigacion y un analisis sincero.
    Sera que personamente no necesito mucho drama ni emociones fuertes para disfrutar un lectura porque, aunque habiendo leido varios libros de ella, no me parecio para nada vacio de sucesos. Creo que en este libro ella expreso un analisis como a veces se dan en la vida misma, sin que parta de algun gran suceso sino de simples preguntas que uno se hace y de a poco se va resolviendo sin que nada ni nadie le de a melisandra la respuesta. Ella misma llega a su conclusion (lo que puede resultar poco dramatico) y aunque no sea nada ideal me resulto bastante real y profundo.
    Bueno esa seria mi opinion, en lo personal me aporto mucho y agradezco haberlo comprado y dedicado mi tiempo.
    Saludos,
    Lilen

  2. me gusto , pero no me enloquecio, el papel del abuelo sabio me encanto, tambien me gusto el papel de engracia la mujer gigantesca, ella y el abuelo son los personajes desde mi punto de vista mas interesnates, me encanto cuando relatan el desastre con el material radiocativo me parece conmovedor sobre todo porque mueren como heroes, y ya sabia del desastre de chernobyl, pero no sabia que el desstre que ocurrio en brasil habioa ocurrido mucho antes , interesnate como belly hace referncia a ese asunto, sobre todo porque el que paso a la histotria fue el chernobyl, el final me decpciono mucho, no fue lo que esperaba, sobre todo porque decian que waslala era una maravilla,y al final resulto que no era nada, mas que una invencion.

    1. Como tu dices no es apasionante la historia, pero si muy rica en personajes intensos y profundos. Tiene un transfondo muy bonito pero si, con respecto a sus otras obras, esta no es tan intensa, pero igual no me desilusiona doña Gioconda Belli

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