Siega

Aunque la muerte ha sido vencida, ahora es necesaria, los segadores serán sus amos, los segadores son también humanos.

Opinión Forastera No. 86

Siega. El arco de la guadaña 1. Neal Shusterman. 2016

La última saga distopica que leí fue Maze Runner: Correr o morir del escritor James Dashner, publicada en el año 2009 y que la componen en su primera entrega tres libros, y hasta cuatro obras más, tres de las cuales son precuelas. Luego me alejé del género y me he resistido a regresar a él, hasta el pasado mes de julio, cuanto me embarqué el leer Siega del autor Neal Shusterman, publicada en 2016 y con la que inicia la saga conocida como El arco de la guadaña, que de la cual, hasta la fecha, lleva tres publicaciones.

El esquema, o motivo distópico que usa Shusterman es la muerte, en un mundo donde “Nimbo” (una especie de inteligencia artificial del que no se dan muchos detalles en esta primera entrega), ha logrado vencer la muerte mediante una tecnología súper desarrollada que ha logrado incluso la inutilidad de los estados y formas de gobierno conocidas, evitando la anarquía, gobernando cada uno de los aspectos de la vida, incluido el garantizar la estabilidad emocional y salubre de todos los individuos de la tierra, incluida, la muerte, ¡la muerte se ha vencido!. Con semejante argumento las oportunidades de desarrollar una historia apasionante, que nos lleve a los límites como lectores de nuestra reflexión sobre: la fe, las emociones, los sueños, la competencia, la reproducción, el medio ambiente, eran inigualables. Este argumento es una pepita de oro, pero pues, Shusterman necesita vender, y no cambiar el mundo, se fue por el camino fácil.

Y es cuando entren en juego los segadores, un grupo de personas regidos por “La Guadaña”, única organización independiente de “Nimbo”, encargada de “cribar” (asesinar a personas bajo métodos específico), pues, aunque la muerte ha sido vencida, la sobrepoblación se convertiría en un problema que la humanidad logró que no quedara bajo el control de “Nimbro”. Y es así como viene otra jugosa puesta en escena de otro motivo en esta distopía, conoceremos a los segadores, sus conflictos, su formación, sus métodos y, como debe de ser, el germen corruptor de un sistema casi perfecto bajo sus túnicas de colores diversos también, parece escapársele a “Nimbo”. Otra genialidad de Shusterman, aplaudo la originalidad de estas idas, por la que invito a que si deben darle el chance de conocer esta obra. Pero pues, también les comentaré porque ya a mí me bastó con esta y decidí no seguir la saga.

No pues, como ya dije, el autor necesita vender, y se fue por el clishe más obvio, tan obvio que hasta resulta ofensivo, o por lo menos debería resultar ofensivo considerar que la generación de cristal se pueda enganchar con un argumento tan rosa, tan noño. Hablo de los protagonistas principales, un nene y una nena, que por “casualidades” terminan en el camino de formación para ser segadores (¿les comenté que los segadores no pueden tener amorcitos y mucho menos sexo con nadie), y pues los aspirantes a segadores, obvio, si, lo que piensan, hay amor insinuado, sumado a un desarrollo re básico, que sinceramente me desesperaba por qué era eso precisamente lo que no me querían encontrar, y me molestaba más porque me parecía un auténtico desperdicio introducir un amor juvenil en un argumento tan genial.  

Entre cada capítulo, se puede leer las reflexiones, a modo de diario, de algunos segadores (que son parte de los personajes principales de la historia) y eso era el motivo por el cual yo continué, en cada uno de esas intervenciones se adivinada un autor maduro, interesado en proponernos un mundo que nos llevara a reflexionar sobre el nuestro, que nos lleva donde él quisiera de la manera más amena. Pero luego caída con el amor de colegio de los segadores párvulos que ya comenté.

Fuera de esto, hay acción, hay secuencias tan cuidadas que son una delicia, personajes antagónicos tan bien montados que hasta los admiras, y un final, que debo decirlo, un final que, aunque no es que me sorprendiera del todo, si debo decir que está muy bien aterrizado.

Decidí no seguir la saga, porqué mis intereses la verdad son otros, y hay que decirlo también, este título no es de los que yo compraría en una visita a la librería, así que, con esta primera entrega, me doy por satisfecho.

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