1984 de Goerge Orwell

Opinión Forastera No. 83

1984. Goerge Orwell. Londres, 1949.

Creo que 1984 es un libro conocido por muchas personas, es posible que este número sea mayor al número de personas que realmente lo ha leído. Es obvio, casi lógico, que por esta misma razón lo que haya trascendido a la cultura general incluso de países que no tiene tradición lectora (no sé si sea lícito usar a la expresión) haya sido el “Big brother” o “Gran Hermano”. Yo en mi puberta ignorancia lo asociaba con un reality show de TV mejicano, que no se si era refrito de algo producido en USA o Inglaterra. Es decir, este es un libro más comentado que leído, por tanto, desconocido.

Si, lo sé, ¿Qué pretendo con ese párrafo enorme y soso que usé de introducción?, nada, que lo leas si aún lo has hecho.

Fue escrito entre 1947 y 1948, publicado hoy hace 73 años y un mes, ocho de junio de 1949. Escrito por George Orwell , seudónimo de Eric Arthur Blair, escritor con una historia interesante, arrojado a este mundo en la India y con una carrera como ensayista, novelista y crítico en Inglaterra. Es autor de la otra célebre novela Rebelión en la granja, publicado en 1945.

¿Cómo definir a 1984? Hay una famosa crítica de Isaac Asimov a esta obra de Orwell, donde de forma bastante ácida desestima que esta sea una obra que pertenezca a la ciencia ficción. Digamos que es una novela distópica, si, y la distopía es un subgénero de la Ciencia Ficción. Pero, lejos de mostrar las posibilidades de un mundo futuro, Orwell parece solo pesimista ante el futuro inmediato, pero no, yo más bien digo que es pesimista ante su entorno.

Winston Smith es el protagonista de esta historia. Es miembro del “partido” del que no se menciona el nombre, pero basta por sí mismo, para sostenerse e imponerse a la realidad de Oceanía, (naturalmente como buena distopía aporta csu propia estructura administrativa de los países y regiones del mundo, Oceanía, Euroasia, Esteasia). Vive en un Londres dominado por un color terroso del ambiente, las telepantallas y carteles del “Hermano Mayor” por todos los lugares inimaginables. Con un sistema totalitario, y de terror, que controla lo que lees, lo que comes, lo que vez. Que te orienta casi como debes de pensar, que vigila incluso tu expresión facial, y con ello absolutamente todo lo que haces para detectar cualquier signo de rebelión, que debe detectarse, suprimirse. El partido ha impuesto una nueva lengua, una nueva forma de escribir, y todo un método sistemático de asegurar su poder.

El Londres de 1984, lejos de ser futurista al estilo de los grandes exponentes de la ciencia ficción como el mismo Asimov, es más bien un Londres mecanizado por una ideología impuesta, con una indiferencia tan marcada por el odio que se debe de profesar a los conspiradores del Partido liderados por Enmanuel Golstein (para muchos la descripción que se hace de este personaje se asemeja a Trosky, el opositor al sistema impuesto en Rusia tras la revolución de 1917).

Yo quiero destacar el discurso filosófico y existencial que a mi juicio posee esta novela. Es decir, en esta historia Orwell se afana en que Winston Smith sienta, y no solo que sienta lo que el partido le impone, si no que sienta la necesidad de sentir cosas diferentes. Por esta vía Winston nos irá mostrando la inquietud de cualquier ser humano que se entera que las cosas no tienen por qué ser como son, y más bien preguntarse el porqué lo son.

Winston posee un afán por conocer su historia, sus recuerdos, la historia del partido, las guerras, por conocer la verdad. Pero esto lo causa el hecho del trabajo en el que se desempeña Winston dentro del Partido. Y con esto nos enteramos de cómo opera el partido y como ha logrado imponerse. Manipulación de la historia, demagogia desmedida, capacidad de inventiva para acomodar la realidad, el alimento del odio desmedido a Gonstein, y a los enemigos de Oceanía (Euroasia o Esteasia, según convenga). Es todo un proceso sistemático de adecuar la realidad (y con ello el pasado) para asegurar el dominio del partido en la mente de los que son dominados y con ello, por que no, el futuro.

El existencialismo de Winston viajará a buscar la experimentación del amor, del placer sexual, de los olores, de los colores, del sabor a la comida, de la música, del arte, pero sobre todas las cosas de la historia.

Ahora bien, ¿logra revelarse del todo?, no. Las garras del partido (SOPOILER), le atrapan y en esta segunda etapa conocemos la mente del dictador omnisciente, de como opera, de cuales son sus fines, y descubrimos horrorizados en todo ello, nuestra realidad. De repente levantamos la vista del libro y nos damos cuenta con espamódico horror que vivimos bajo la atenta mirada del “Hermano mayor”.

Posiblemente Isaac Asimov tenga razón en rechazar esta obra para el género. También considero que Orwell no pretendía formar parte del género. Entonces la crítica de Asimov podría ir para aquellos que pretendan fijar a 1984 como libro de ciencia ficción. Para mi esta novela es una crítica social, más que al comunismo, a todo un sistema de dominio que pronto abarcaría otros sistemas democráticos. Orwell era de izquierda, partiendo de eso, es que remarco el sentir pesimista del autor ante la vuelta de tuerca que el poder provoca en todo sistema mesiánico que pretende mejorar las cosas.

No quiero caer en el fetiche lector de que “todos deberían leer este libro”. Lo único que diré es que esa obra es un ataque a todo sistema de poder, y como operan, por tanto, es un peligro para los que nos quieren silenciados, oprimidos, vencidos.

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