Opinión Forastera No. 54
Historias de Cronopios y Famas / Julio Cortazar / 1962
He perdido la cuenta del tiempo que llevo sin comentarles libros, siento que soy injusto con los seguidores de este espacio que por casualidad, por alguna vía, les llegan notificaciones de miss publicaciones. Pero acá estoy, a pesar que la vida no me alcance para leer tanto, seguiré publicando, me resisto a morir, Forastero Lector.
Hoy les quiero comentar una obra, una de las pocas, que he leído completa en digital, que ha marcado la historia de la literatura en Latinoamerica, hablo de “Historias de Cronopios y Famas”, el mítico escritor argentino Julio Cortazar. Asumí este reto en ocasión de conmemorar a Julio Cortazar en el blog “El Viejo Librero”, donde también publico en conjunto con lectores y escritores nicaragüenses, un espacio que sin duda recomiendo para aquellos amantes de reseñas, no solo de narrativa, sino también de cine, poesía y música.
Un lector se encontrará en los Cronopios y los famas una ingeniosa forma de construir una sociedad idílica y surrealista, basado todo en la observación. Los cronopios que no parecen ser realmente humanos, son un retrato de muchísimas personas que viven al margen de las cosas, que parecen contemplar y encontrar alegría en cosas tan pueriles e insignificantes y no parecen interesarse por lo que para otros debe ser importante, ellos son los obreros, los empáticos, los más sentimentales. Por su parte, los famas, se ubican en el poder, son cínicos, aman todo tipo de orden y ordenar también, serán los falsos filántropos, los dueños de empresas o presidentes. Los cronopios odian a sus padres y por eso se rehúsan a embarazar a sus mujeres, los famas se las embarazan, los cronopios educan a esos hijos y los vuelven como ellos.
Hay una apuesta impresionante por la ironía en este texto, no es imposible toparse con realidades hasta subversivas, es fácil encariñarse con los cronopios pero también nos descubrimos todos un poco en los famas, aunque quizás otro tanto se quede con los esperanzas, estos que ni siquiera se ganaron un espacio en el título de la obra, van de cronopios a famas, un punto intermedio, ambiguo, pusilánime.
En uno de los microrelatos un fama se ufana de ser generoso al ayudar, una sola vez, a un esperanza, cosa que hace solo por satisfacción propia “para sentirse generoso”, cosa que el cronopio “no es generoso por principio”, y así, con tantísimos guiños a una sociedad dividida en dos grandes barcas imperantes, la de los ricos y los pobres, la de los que tiene éxito y son perdedores, los que son felices sin ambiciones y los que con ambiciones son infelices, Cortázar va tejiendo los pequeños su textos.
Hay una crítica al sistema, a la doble moral de la sociedad y a la corrupción de los que hasta hoy nos dominan, ¿Cuántas personas asociales nos topamos a diario?
Al final, al insinuar a los cronopios como no completamente humanos, si no que es una raza diferente que tiene “manitas” que agita a la menor emoción, el autor parece intentar exaltar el valor de la libertad que se puede encontrar en la abstracción, personas que aprende a lidiar con el sistema sin que los engulla y sigan caminando sin mirar a ningún lado, los cronopios odian a sus padres como una persona libre debería cuestionar los dogmas e intentar cambiar, ser otro, no repetir historias.
Yo no podría recomendar Historias de cronopios y famas a un lector que busque la satisfacción efímera de una heroína en trajes de seda. Obras como ésta intentan incentivar en el lector la posibilidad de que él se crea que puede tener su propio cuento, su versión no impuesta.
Cortázar intentó condensar lo que para él es el sentido de la justicia, construyendo una obra fantástica que se explaya en el fino arte del microrrelato.