Luego de que la Población del país mantenía una vaga esperanza de que una salida pacífica a este conflicto civil en el que nos vemos inmersos todos y todas era el Diálogo multisectorial, el día de ayer terminó con el levantamiento del mismo, el cual estaba dirigido por la Conferencia Episcopal de Nicaragua y con brotes de violencia en varios puntos del país, con un muerto más en la ciudad de León.
Lo de ayer es solo el producto de la inconsecuencia, de la insensatez y del egoísmo, creo que se demostró una vez más hasta qué punto el ser humano puede llegar para conseguir un objetivo sin importar en lo absoluto el bienestar del País.
El día de hoy Nicaragua amaneció expectante y de nuevo ante la zozobra de que va a pasar, deseando que ya ni uno solo de sus hijos muera más, que ya no se derrame más sangre, que sus hijos ya no se maten entre sí.
No puedo decir más que invade una tristeza profunda al ver como el país se desmorona ante un conflicto del que aún no se vislumbra una salida.