El arte se vale del sonido, la materia y la imagen para recrear un aspecto de la realidad o un sentimiento con una finalidad estética, en este contexto el acto de “hablar” también es un arte.
Hoy quiero expresar el deseo que tengo de que el “hablar solos” también sea considerado un derecho. ¿Una locura verdad?, si eso parece, pero basta con ver la cantidad de hombres y mujeres que fueron considerados locos por la historia y que llenaron a la misma de grandes maravillas, basta con recordad a Don Quijote como una de las grandes metáforas que ilustran la forma en que la locura es solo un mote más que se ha puesto a la libertad del ser.
Los artistas tiene sus monólogos, sus propios diálogos internos manifestados en su obra, tanto así que ellas reflejan el estado de animo de su creador, pero, ¿no sería una maravilla escuchar lo que una persona puede decir de sí misma?, claro, jamás podríamos; inmediatamente pensaríamos que es una persona fuera de la norma, incapaz de comunicarse con otros, y bueno, siendo sinceros, la sola visión es realmente cómica, un loco, un perturbado; fuera de eso, ¿no se podría considerar esa forma de expresión individual lo que un artista hace en su obra?, total, la finalidad del arte es transmitir, el hecho de hablar también transmite, o ¿estoy equivocado?
Hay muchas necesidades que el ser humano mitiga de distintas formas, una de mis grandes necesidades es la compañía, pero una compañía que raya en la utopía, la compañía perfecta para mi va unida a la necesidad de ser escuchado y no necesariamente comprendido, cuando esta compañía es un poco inalcanzable recurro al único ser humano que puede soportarme con todo lo que eso conlleve, es decir, yo mismo, y es cuando decido hablar con él, muchos lo hacen de forma silenciosa, a mí me gusta escucharme, y que.
Se preguntarán ustedes porque estoy intentando establecer un puente entre el ser “artista” y mi “manía” de hablar solo, pues vamos, todos somos artistas de una gran obra, la creación.
“Lo que no hacen las mayoría de las personas es considerado locura”, esa frase se la debo a un buen amigo, el cual me facilitó un libro, “El Kerigma en las chabolas con los pobres” de Kiko Argüello, (debería de aclarar en este punto de que si soy o pretendo ser parte del Camino Neocatecumenal, “neocon” para los “tradilocos”, me permito la licencia de no hacerlo por que, leer un libro, no debe significar nada más que la necesidad de saber y conocer, así que tiene libertad de pensar), en dicha obra se habla de “una persona”, partiendo de la definición del termino mismo, ubicando al ser humano como un personaje en la gran obra de Dios, si partimos del hecho de que Dios ya nos asignó un papel especifico, ¿no se podría considerar también el hecho de que hay personajes en esta gran historia sin fin, cuyo fin único es estar fuera de la norma?
El hecho de hablar solo quizás solo sea una de las tantas razones por las cuales me ubique fuera de la norma, pero creo que siempre debemos detenernos a pensar que razones nos lleva a que muchas se comporten de forma inusual, ese es creo el principio de la justicia, cuya cúspide no es otra cosa que alcanzar la perfección.
Muchos artistas prefieren el anonimato, los entiendo, pues he llegado a un punto en el cual solamente deseo ser lo que soy, sin perturbaciones, no restringirme de hablar solo, no privarme de amar en silencio, no bloquear mi deseo de volar, quizás de una u otra manera, este sea mi papel, el papel que todos tiene, únicamente “Let it be”, y si esto implica la negación a explicar por qué prefiero la compañía de los muertos, pues que así sea.
Hablar sólo es una expresión íntima e intrínseca relacionada con el arte de ser. Ser en el mundo, ser con los otros, ser conmigo. Porque mejor desacostumbrarnos de la norma que nos dice que es raro y hacerlo especial. Comencemos a ser diferentes en un mundo de iguales.
a ser diferentes….