Los baños de silencio a vece son forzados, y me pesa mucho distanciarme tanto de ustedes mis apreciados lectores, mucho más me pesa dejar de sacar lo que se multiplica dentro de mí, las ideas.
Hoy quisiera hablar sobre un tema que viene golpeando mi cabeza desde hace algunos días, el abandono de los Palacios eternos de las Ideas impresas, las Bibliotecas.
Aún recuerdo como de niño leía sobre la Biblioteca mítica de la Ciudad de Alejandría y su triste destino, muchas veces me imaginé con una toga egipcia en medio de anaqueles con molduras imposibles llenos de antiguos papiros. Luego de ello conocí otra faceta de la Biblioteca cuando leí “El Nombre de la Rosa” de Umberto Eco, quien de los que han leído esta magistral obra no se han visto asi mismo con habito de Fraile, en aquella gigantesca y misteriosa Biblioteca circular, en la época en que era los Monasterios, Abadías y los Palacios episcopales que guardaban los acervos bibliográficos y preservaban las ideas que poco a poco fueron moldeando la actual civilización; luego vino la Revolución francesa y el disque oscurantismo dio paso al Siglo de las Luces, surgieron las Universidades y la formación académica se fue expandiendo a todos los estratos sociales.
Poco a poco las Bibliotecas se volvieron una “necesidad” en los centros de formación y en los Ayuntamientos y Alcaldías de todos los reductos habitacionales del mundo, Nicaragua no fue la excepción.
Las Bibliotecas sin embargo han pasado a ser en algunos sitios, bodegas de libros mal acomodados o solo referencias en un presupuesto municipal para rendir informes ante la CGR. En otros sitios las Bibliotecas se ubican en bonitos edificios que son visitados más para usar sus amplias salas como auditorios que para leer. Hay esperanza en algunas Bibliotecas Universitarias que conservan la función original de la Biblioteca, acervo, conservación y fuente de información.
Nos quejamos de que nuestra juventud no lee, no esperen que los niños lean sin las Bibliotecas en las Escuelas Primarias son inexistentes, sobre todo en el sector rural. Como esperen que leen los niños si a las Bibliotecas son enviadas las Maestras y Maestros próximos a jubilarse y que al verse rodeados de tantos libros seguramente sentirán mucha más fatiga que emoción de promover la lectura, como esperan que los jóvenes lean si en los Institutos de Secundaria quizás los maestros de Lengua y Literatura tampoco lo hacen, y peor aún si la Biblioteca no existe y si acaso existe no funciona como debería.
Y que hay de muchos pueblos del interior donde sus Alcaldías poseen en sus organigramas el cargo de Bibliotecario, pero este ocupa otras funciones, puesto que en las Bibliotecas “no hay nada que hacer”.
Recuero que cuando laboré en la Biblioteca de mi universidad, la Bibliotecaria muchas veces me comentaba, entre molesta y chistosa, que muchas compañeras y compañeros de trabajo le expresaban “Profe, y no se aburre en la Biblioteca” para luego ella añadir “Como si no hubiera que hacer aca”. La verdad que muchos bibliotecarios de nombre, no de profesión ni de vocación, si se aburren en una Biblioteca, puesto que no tiene ni la más mínima idea de lo que significa catalogar o clasificar, medir la asistencia con estadísticas, construir un eficaz sistema de préstamos, darle vida a la Biblioteca, venderla como un buen y silencioso espacio para aprender.
Además del abandono social en general, la Biblioteca se enfrenta a otro enorme reto para seguir subsistiendo, la Tecnología, hoy por hoy su necesidad de vuelve más nula cuando con teléfonos inteligentes podemos hacer la tarea de Ciencias Naturales en San Google.com, y no se diga con la nueva opción de lectura digital que tantos adeptos gana a medida que pasa el tiempo.
No veo esperanzas para la Biblioteca, no en los reductos urbanos donde la cultura es burda, y la Biblioteca es algo ajeno, demasiado burgués, o demasiado rebelde para encajar.
No veo esperanzas para la Biblioteca, no si sigue dependiendo de estados que no les interesa tener un pueblo que piense.
No veo esperanzas para la Biblioteca, no en mi Pueblo.
La Biblioteca debe de reinventarse?, no creo, pero si es necesario que sus responsables amen la lectura, esa es la principal desventajas que muchas Bibliotecas hoy sufren, jamás una persona que sea Bibliotecario, o que a lo sumo, sea un buen lector, sabrá apreciar y darle vida a una Biblioteca, esta se encaminará a la decadencia, hasta tal punto, que se volverán estorbo.
Por mi parte, aún sueño con que mi Pueblo lea, escriba, discuta, proteste, defienda. Sueños, solo sueños, tan imposibles como que algún día encontremos El Cementerio de los Libros Olvidados.
Es dificil forastero poner valor a algo que muchas veces no se cree necsario. la educación en nuestro pais le falta mucho en crecimiento, muchisimo. Por que aun usando libros, las personas no saben como usarlo. El avence de la técnología y de este mundo digital dejarán a las grandes bibliotecas solamente como un lujo histórico. Y sin embargo tener bibliotecas digitales futuristas no detendremos el daño a nuestro planeta. No se usará papel, pero el avance de la técnología requiere una explotación mayor de los recursos naturales. Tema que en Nicaragua está muy dificil de concientizar.
Libros- educcaión – naturaleza – Sociedad – análizar (dificil de ver todo esto de forma integral)
Súper dificil sobre todo por que la gran mayoría de las personas son indiferentes a este tipo de problemas, pues no les viene a cuento, no les produce beneficios inmediatos para retomarlo, y los que lo hacen, muchas veces solo es en el marco de un sentimiento de politica barata, una lastima de veras.