
Un día de estos una amiga publicó un estado en el cual mostraba que había comprado el libro “Ojos del Perro Azul” de Gabriel García Márquez, también comentaba que era un libro que ya había leído pero que deseaba tenerlo pues le traía bonitos recuerdos.
Partiendo de esa publicación hoy quiero reflexionar un poco sobre ese sentimiento de apego que tenemos por ciertos libros. Las razones pueden variar, hay libros que no olvidamos porque nos recuerdan momentos precisos en nuestras vidas y nos conectamos, no tanto con los personajes si no que más bien nos sirvieron de escape al momento que vivíamos, otros son precisamente una conexión perenne con ese personaje, esa época, esa circunstancia que hacen del título algo imposible de olvidar.
Pero, ¿por qué comprarlo?, ¿porque tenerlo físico?, quizás esa sea una fijación para muchos, sin sentido. Es una necesidad, me ha pasado a mí con ciertos libros, títulos que he leído muchas veces, que cada cierto tiempo los vuelvo a leer y que más de uno me toco comprarlos pues cuando los leí por primera vez fue prestado y lo devolví.
Sentimiento de lectores y solo comprensible entre lectores, es por eso que nuestras colecciones solo decrecen cuando nuestro duende interno empieza a morir, cuando dejamos de ser lo que somos, cuando dejamos de amar las letras impresas, los personajes con rostro propio, las ciudades imposibles y los animales fantásticos.
Así pues “Cuentos de Barro” me llevan a la penumbrosa Biblioteca de mi Instituto de Secundaria, “Comalá” a aquellas bonitas tardes de Noviembre cuando la nostalgia del fin de año escolar me invadían, “Aura” me lleva precisamente al momento en que la leí en cuestión de horas mientras actualizada el inventario de la Biblioteca de la Universidad un caluroso medio día de abril, “Cien Años de Soledad” y “La Casa de los Espíritus” están unidas a esa sensación de estar conociendo personajes iguales con distinto rostro, e imposible no olvidar los títulos de Paulo Coelho, a pesar de que hoy mi opinión de él es muy distinta, no puedo olvidar esos meses en que me reconecte con este mundo y fue gracias a él, cuando las ansias de leer y leer eran incontrolables, unido a él se encuentran Gioconda Belli con “La Mujer Habitada” e Isabel Allende con “Inés del Alma Mia”.
Cien Años de Soledad, La Mujer Habitada e Inés del Alma Mía, son de los anteriores, libros que no están en mi colección, pero a como dice mi amiga, se me hace necesario tenerlos, son amigos que tenerlos a la mano, abrirlos y leer un párrafo es una dosis suficiente de narcótico literario.
No creo ser una persona que se come los libros como lo eres forastero, eso no significa que no entienda ese sentimiento de conseguir un libro a pesar de haberlo leído, y la necesidad de volverlo a leer. Creo que yo tuviera más libros si los encontrara en las librerías. Pero en esta ciudad muchas veces se vuelve difícil encontrar un libro en especifico, me he tenido que conformar tenerlos solo en .pdf.
Saludos, estoy de acuerdo.
Me da gusto regresara mi estimada, pero ya hay compras online y en Managua ademas de Literato Hispamer tiene ese servicio.
Solo voy a decir «Maravilloso», como siempre habro la pagina y de pronto en todo lo ancho y alto de mi pantalla emerge un gran halo de luz, wuuuuuuaaaaaaa y veo la pagina del forastero lector, totalmente renovada, esto da inicio a una nueva era, un cierre de pagina, para dar lugar a un nuevo ciclo de historia de este sitio.
Bien por Aldo, bien por nosotros sus lectores-seguidores.
Ya te lo dije eres como una roca, si te mueves esculpes tus huellas a tu paso, pero si te estancas tu misma sombra se ocupara de ocultarte en el olvido.
Saludes.
Pues que bueno que le gustara el cambio, y precisamente pretendía eso, buscar luz, aun me faltan detalles que acomodar y definir para hacerlo mas usable para mis seguidores. Muchas gracias por su amable comentario saludos…