El beneficio de la derrota es las ansias de victoria, un pensamiento que ha andado rondando mi cabeza desde ayer que la noche fue roja por la luna y un amigo me confortaba mientras mi corazón se deshacía en mil preguntas sobre el destino, la suerte, la vida, la misericordia (tan de moda hoy en día) y la justicia.
Ayer me sentía como Gregory Reeves el personaje ficticio pero con dosis de realidad que plasmó Isabel Allende en su novela “El Plan Infinito” y que hoy en día es uno de los personajes que jamás olvido, hay muchas cosas que me identifican con él.
Debatir con el pasado solo nos hace desperdiciar nuestro presente, pero resulta difícil obviarlo, más cuando tu corazón tiene el defecto de derretirse por exceso de amor.
El beneficio de los buenos recuerdos es que te mantiene vivo, te devuelven el aire que muchas veces sientes que te hace falta respirar cuando la vida y las circunstancias te obligan a permanecer en sitios que a pesar de los maquillajes, no te llenan lo suficiente.
Pero los buenos recuerdos también tiene el defecto de pintar todo de gris y llenarte de una obsesiva nostalgia por volver a sentirte feliz aunque sea por unos segundos breves, donde todo es posible, donde todo es real, donde puedes perderte en ojos bonitos sin importar siquiera que el mundo que creemos justo te condene por amar.
Lanzarme sin importar nada, vivir lo que considero conveniente a pesar de las dificultades y obstáculos, ser feliz.
Viene a mi mente los paseos que hago con mi perrito en el cementerio de mi pueblo, si, ahí son mis paseos vespertinos y mi perro ama corretear entre tumbas y restos perdidos, mientras yo pierdo mi vista en los cerros que rodean mi pueblo buscando a veces respuestas o a veces recordando y anhelando mi burbuja, es el momento del día que más disfruto, estoy solo, con mi perro que me ama de verdad y mis pensamientos que me aman y odian, también de forma sincera.
Ayer también, mientras la luna se desangraba en un bello eclipse, mi mente recordó aquellas noches en que la luna llena era la cómplice de una aventura que iniciaba, no atisbaba yo que seguiría por tanto tiempo, y que ella en sus apariciones mensuales me recordaría siempre esas noches en donde amar por vez primera, fue primera vez que, también, dejo de doler.
PD: pronto volveré a leer…. Pronto…
El Forastero Lector 
Extraño fenomeno, verdad?
jajaja, si amigo, super
Muy bella reflexión Forastero, llena de senstimientos que haces que el que lo lea los sienta tambien. Claro que pornto volverás a leer. Esperamos tus comentarios de libros.
Siempre gracias por leerme, lectora fiel sin duda…. gracias…