Mi Humilde Opinión No. 99

Seleccionada por el Centro Nicaragüense de Escritores para ser publicada en su convocatoria del año 2000, esta primera obra novelesca de esta pintora y poeta de León, María Gallo.
A modo de sueño y flasback, acompañamos a Benigna en un viaje de Managua a León sobre los rieles del desaparecido tren del pacífico, un viaje a su pasado, un viaje al encuentro de una promesa, un viaje a la ordenación de su hijo menor como sacerdote, un viaje al encuentro del alma reencarnada de su abuela Fidelina.
Una novela que presenta el lado mágico y más radical de un León de principios de siglo lleno de supersticiones y costumbres opresoras, discriminatorias, María Gallo pinta risas en el lector a través de las ingenuidades de una pequeña Benigna que no comprende muchas cosas del mundo mágico que la rodea, pero también el lector se indigna ante las injusticias en contra de Fidelina en las distintas etapas de su vida, una mujer intensa y hermosa, heredera del impetú indígena cuya vida fue despreciada incluso por su única hija, madre de Benigna, pero es en Benigna su nieta la que en los últimos años de su vida le daría consuelo.
En contraste de la decadencia de León, esta Managua, con recuerdos de invasiones norteamericanas ya pasadas, una ciudad industrial y floreciente, Managua entierra su herencia colonial y da paso a la modernidad, dejando a León con un halo sombrío de leyendas nocturnas y espíritus malignos.
Esta novela es una “discusión” como dice Franz Galich, entre las clases sociales, posiciones y luchas, las que aunadas a las imposiciones de los grupos de poder, logra un cuadro surrealista de lo que fue León y la sociedad latinoamericana durante mucho tiempo hasta que la manipulación y las falsas creencias se vieron “zarandeadas” por las mentes resueltas que como Fidelina creyeron tener derecho a tener una vida mejor y lucharon por ello, aún sin poder desligarse de un pasado de siglos.
Es una novela que deja impregnado los olores y sabores de un país como el mío, a través de un relato descarnado donde la incertidumbre, la angustia y frustración de los personajes, nos invitaran a reflexionar sobre como incluso hoy, los verdaderos dueños de estos lares siguen siendo tratados como “extranjeros en su tierra”.
Cuando compré el libro, uno de los libreros comentó “a la te llevas una futura reliquia, por ahí dicen que este libro ya no sacan más ediciones”, afortunadamente tengo mi copia que seguramente volveré a degustar, entre altares de papel difuminado por espejos no siempre muestran lo que esperamos.
Un libro que recomiendo mucho, muy corto y que se disfruta de un tirón, una gramática fantástica que contiene a su vez excelente dosis de dualidad, con un final que puedes odiar o respetar según lo que tú, mi estimado lector creas, una joya que fue pulida en mi país y que tiene por escenario las torres de las iglesia de León, recomendado sin dudarlo.
ya te contaré si lo encuentro por acá…mira que me lo has antojado.
Saludos, Ale.
ojala que si me daria mucho gusto que lo leyeras
No, no estuve en San Juan del Rio Coco, pero como podras ver todo lo que es noticia del pueblo, es tambien noticia para leer y saber como estan.
A los pueblos no los hacen los nombres, los hacen los hombres que cargan sobre sus hombros la responsabilidad de poner al sol el nombre de su pueblo, como es ahora el turno tuyo.
Decia en una cancion el poeta-cantor español, Juan Manuel Serrat que:
Las muchachas de mi pueblo
sueñan con casarse con los
muchachos de mi pueblo,
y los muchachos de mi
pueblo sueñan con irse
del pueblo.
Pero en tu pueblo no es asi por que son las muchachas del pueblo las que sueñan con irse a España, y los muchachos de San Juan de Telpaneca sueñan con seguir cultivando las letras, aunque ellas se vayan lejos y sean inalcansables como las estrellas.
Saludos y cuando llegue a Nicaragua, llegare a tu casa para que una vez mas nos purifique el alma y el cuerpo las argentinas aguas del Rio Coco.
*Nota
Mientras tanto continua la cuenta regresiva para que se corra el velo y aparezca el comentario numero VV.
Ha vale vale ok, y si, las muchachas de mi pueblo se van se van, unas vuelven y se marchan de nuevo, otras vuelven y ya no se sienten igual, pero mi pueblo sigue cosechando caras bonitas y yo las veo, desde mi puerta, las veo crecer, convertirse en señoritas, pero aun no aparece nadie con el interes suficiente para sacar a mi pueblo del anonimato, solo yo, solo yo el loco, el raro, el que no sale, el que lee, Aldo.
Me da que para este lo voy a tener complicado. Ya te diré
Besos
ojala que lo consigas
Al margen de «Entre Altares y Espejos», quiero enviarte mis albricias por la celebracion llevada a cabo en San Juan de Telpaneca de la Septima feria por el dia mundial contra la violencia hacia los niños y niñas.
Los niños-ellos como ellas-son nuestra relevo generacional, entre ellos ahora mismo estan las luces incipientes de lo que mas tarde sera el nuevo «Forastero Lector», y todos aquellos y aquellas que hoy acuden a tu blog.
Felicidades de nuevo y con un amanecer mas estaras llegando a la cifra de los 100 comentarios, y entonces vendran 1,000 hasta llegar a los sin-50, con ese y no con C.
Saludos engalanados con musica de chicheros, chimbombas de colores y payasos maromeros.
Senor ME 109 CITO, si usted visito mi pueblo y no ami, estaré sumamente molesto.
Muy bien, si la recomiendas, puedo arriesgarme a leerla, tengo tiempo de no leer una novela Nicaraguense y mucho más si describe una epoca de una sociedad con costumbres opresoras. Conocer más de la «burquesía» de aquel tiempo.
Una humilde opinión más, y llegarás a las 100. Muy bien forastero!!!
Yes, dentro de poco mi última Humilde Opinión