
Nuestra Santa Madre Iglesia está embarazada, y que mejor mes para dar a luz un nuevo hijo que el mes de Marzo, el mismo mes en que litúrgicamente el mundo católico recuerda ese momento maravilloso en que el Arcángel Gabriel enviado de Dios Padre anuncia a María le encarnación en su vientre de Jesús, el Dios hijo.
Tenemos que reconocer que nuestra Madre siempre esta con nosotros en todo momento, incluso en los más difíciles, los invito a recordar el pasaje bíblico en el que se narra la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, María estaba presente junto con los apóstoles, reunidos en oración, con fe ciega esperando la promesa paráclita de la venida del Espíritu Santo; de igual forma, María nuestra madre, también está presente junto a los Cardenales, en oración reflexión, invocación y entrega, esperanto en el Espíritu Santo, la capacidad de decisión al momento de elegir al nuevo Papa que representará al Hijo de Dios en la tierra.
¿Qué nos toca a nosotros como grey de la Iglesia Católica?, unirnos, unirnos a Nuestra Madre en oración a Dios nuestro Señor, a fin de que, nuestro nuevo Papa sea iluminado con la luz del Espíritu Santo y así cuente con la capacidad de dirigir la barca de Pedro que se encuentra en aguas turbulentas.
Tengamos fe, no olvidemos ese bello pasaje bíblico el que narra como Jesús calma las aguas del lago donde los pescadores vivirían una prueba de fe impresionados por el poder excelso de Jesús, pescadores que luego se convertirían en pescadores de hombre.
Nuestro emérito Benedicto XVI se retira de la barca, no a descansar, el siente ese llamado, en plena conciencia se retira a la oración y reflexión, armas inefables contra los constantes ataques recibidas por la Iglesia tanto de fuera como dentro de su seno, la oración es de suma importancia, así lo consideró Santo Domingo de Guzmán quien luego de fundar la Orden de Predicadores sintió la necesidad de fundar la rama femenina de su orden para que se dedicase a la oración, por tanto, Benedicto XVI al ver fallar sus fuerzas sede responsablemente su lugar y asume la tarea de la oración constante por la iglesia militante que tanta falta nos hace. Él desde ahí, estará ayudando al nuevo representante de Cristo en la tierra, al pastoreo de las ovejas que siempre están al asecho del demonio, pero unidos con María en oración, jamás vencerá, el vencedor es solo uno, es Dios.
Por cierto creo que el cardenal de EEUU, tiene muchas posibilidades.
Admiro tu fe Aldo.
La Iglesia pasa por momentos muy delicados.
A fin de cuentas es una institucion formada por hombres.
El Papa ya muy anciano, se siente incapaz de continuar. Hay escandalos y temas escabrosos.
Esperemos que el nuevo pontifice ataje estos males.