Lápiz de Mickey Mouse

Sol entre nubes. By Aldo Gutiérrez

Muchas veces no se necesitan análisis antropológicos de gran profundidad para enterarse del enorme mal que la sociedad tiene, un cáncer que carcome la mente de todos los miembros de la sociedad nicaragüense actual, que sin temor a equivocarme, es un patrón que se repite en otros países de América Latina.

Un niño paso hoy por una pulpería, un niño de una edad oscilante entre los siete o nueve años de edad. El niño pregunto por un lapicero, un lapicero de carbón, el vendedor (era yo), le presenta las variedades del producto que le puede ofrecer y sus precios. Lápiz negro de a tres córdobas, y lápiz de a dos córdobas, en la categoría de a dos córdobas esta el típico lápiz amarillo y el otro tipo es decorado, con motivos de las princesas de Disney y de Mickey Mouse.

El niño coge del de Mickey Mouse, lo escogió él, el otro compañerito de clases soltó una risita burlesca, en su defensa el niño que compro el lápiz dijo: ve… de que te reis hijo de puta, no vez que este lápiz no es de cochón. A pesar de su terrible vocabulario, tomando en cuenta que lucía un uniforme escolar, en su rostro se reveló la duda, que quizás sus demás compañeritos de clases se reirían de él y su lápiz de Mickey Mouse.

Me sorprendió el hecho de saber, que aun a temprana edad, un niño sienta temor por ser considerado con una orientación sexual diferente, no desea sentir el estigma del cochón, el débil, el maricón, el “gay”. Este niño estoy seguro, es de los que constantemente se ríen de los más débiles, y se creen con el derecho de humillar a una persona con orientación sexual diferente, por mayor que este sea.

Estoy igual de seguro que los padres de este niño, ven ese tipo de comportamiento como normal, pues no se ven como padres de un homosexual, y al igual que la gran mayoría misógina y machista de esta sociedad, consideran a las personas homosexuales, como el elemento decorativo y de risa en las fiestas, en los desfiles y los carnavales, como los objetos sexuales a quien nadie les paga un solo peso, que no son dignos de tenerlos en una cama y cualquier depravado tiene el derecho de violarlos y tratarlos como basura.

Esa es la realidad de nuestro país, la libertad de ser, se ve pisoteada a cada instante, se ve prostituida, desde temprana edad, hay padres que ven a un niño que no sigue el patrón de los demás y exclama “es cochónsito” se ríen y sus hijos copian los mismo hábitos pues los consideran normales.

Lo que estos padres no saben, es que sus hijos medirán su virilidad por el color de ropa que usen y no por el nivel de perfección que puedan alcanzar en la vida para amar a una mujer, se sentirán superiores al sexo opuesto, autodenominándose los fuertes, los protectores, los maltratadores, lo tiranos. Pero evitaran usar lapiceros con motivos de Mickey Mouse por temor a que su producción diaria de esperma, se vea reducida considerablemente, que tontería.

Confieso que en su momento desee detener al niño y explicarle que estaba equivocado, sin embargo, me callé, y con esa aptitud mía cooperé a que esta sociedad no cambie, a que se encamine a la verdadera luz de la libertad, una sociedad en donde todos tengan el derecho de creer en lo que quieran y hacer lo que quieran siempre y cuando respeten el espacio vital del que tiene a lado.

Un gran utopía sin duda, por lo pronto, ese niño que hoy compro un lápiz de Mickey Mouse, mañana será un machito sin remedio, se reirá y humillará a aquellos que siendo hombres, decidieron vivir diferente, haciendo valer su derecho. Una lastima.