La Madre del Viernes Santo

Mothers Day 03. Tomado de: http://georginathompson.blogspot.com
Mothers Day 03. Tomado de: http://georginathompson.blogspot.com

Era viernes santo, la noche había caído, y estaba molesta, trabajaba incansablemente en un informe para el lunes, pero mi garganta parecía achicarse cada vez que quería tragar, parecía un volcán en actividad, con gran cantidad de magma retenida que de vez en cuando hace un esfuerzo por salir. Era viernes santo, un viernes de verano, ya fresco en la noche, lejos las matracas de la torre de la Iglesia anunciaban sonando la salida de la procesión del Santo Entierro. Yo no iría, no podía, estaba demasiado molesta, mi casa alta de adobe y tejas con piso de ladrillos de barro lucía ridícula llena de electrodomésticos y mi bonito comedor. Estaba en una calle que conducía a nada, quizás por eso nadie escuchaba mis gemidos, o quizás, lo hacía todo en silencio, por disimular.

Él había prohibido salirme, lo había hecho de forma intencionada, era el cumpleaños de mi Mamá, quería estar con ella, que viera a mi hijo pequeño, mi hijo había cumplido ocho meses de vida, levantaba la cabecita y se dada vuelta solo en la cama, me quede extasiada cuando sonrió por primera vez y descubrí su hoyito o camanance, pobre mi niño, mi hijo, mi bebe, ese día me dio mi primer regalo.

Seguía molesta, lo ignoraba, lejos los sonidos emitidos por los instrumentos de viento de la banda filarmónica interrumpía el silencio nocturno, imaginaba la cantidad de gente, el Cristo yacente en la urna de madera, seguido por la Virgen Dolorosa, un amor de madre, imaginé a mi hijo corriendo la suerte de Cristo lo que me produjo un escalofrío. Es increíble la lotería de la vida, hoy mi hijo esta acostadito en la cuna, pero mañana, ¿En qué se convertirá? Un medico, un ingeniero quizás, un sacerdote, um um, no lo creo, tal vez un empresario de…, no sé de que, o alguien como Jesús pero verme como María al pie de la cruz no me agradaba mucho. Pero que sea todo menos una lacra como él.

Él salió del cuarto con mi niño en brazo, la procesión del Santo Entierro se adivinaba aproximándose a la esquina, mucha gente, los descansos, los cargadores, el sacerdote leyendo los fallecidos del barrio y pidiendo descanso para sus almas. Él salió con mi niño en brazos, y a la acera, mi niño durmió toda la tarde, estaba agripadito, mi niño hermoso, y él no le importó y lo saco a la acera, me había prohibido ir a visitar a mi madre en su cumpleaños por puro capricho, por pura fascinación, para fastidiarme, para hacerme sentir dominada, para destruirme poco a poco. Maricón, quien le diría a él que ser hombre es comportarse como animal, si mi Madre supiera que no me da un solo peso, que tengo que disimular que el gana para pagarle yo el alquiler de la casa, y el estúpido saca a mi hijo a la calle.

–          Voz mete al niño, todo el día no me dejaste salir, no me dejaste ir a ver a mi madre y ahora sacas al niño, es que no sabes que esta enfermo y que le puede hacer daño, de a verga.

Me levanté, el hizo como que no escucho, pero yo salí, le quite al niño y me metí a la casa, dispuesta a pasearlo por la sala para dormirlo ya, mi niño, mañana iría a ver a su “mamita” que lo quiere tanto, él me siguió pero se dirigió al cuarto, no le preste atención, no me importa que se moleste, no me interesa, es un idiota.

La puerta de mi cuarto no revela nada, mas que silencio al pasar por ella, de repente lo sentí, un ardor y un dolor profundo y agudo en mi espalda, sentía el ardor de la piel lacerada a pesar la camiseta que visto, él me ha golpeado, estrelló la hebilla de la faja contra mi espalda mientras me decía “gran puta”, inmediatamente la rabia hizo brotar lagrimas de mis ojos, en otras circunstancias me hubiera defendido, me hubiera abalanzado sobre él y lo golpearía, no era la primera vez que me golpeaba, pero la mayoría de las veces me defendí, y las que se sucedieron también, pero cargaba a mi hijo, a mi niño, a mi bebe, a él no le importó, no le importó que cargara con mi hijo, con su hijo, y me golpeó.

Salí de la sala llorando, la rabia y la conciencia de una vida de porquería al lado del padre de mi hijo logró que las heridas en mi alma ardieran de nuevo con más fuerza.

Salí al corredor de la casona, me senté en una de las gradas, y puse a mi bebe sobre mis piernas, no podía parar de llorar, evitaba gemir, pero mi rostro se contraía al salirme las lagrimas, sentía una oquedad en mi pecho, un grito ahogado en mi garganta, y dolor mucho dolor, pero ahora que lo recuerdo, en ese momento no tuve miedo. Las lagrimas no paraban de salir, salían a torrentes mientras mis ojos se habrían y contraían llenos de mucho sentimientos, mezcla de rabia y dolor, mezcla de muchas noches de miedo e incertidumbre, noches de sueños rotos, de proyectos despedazados, terribles noches que se sucedían ante mi como película descontrolada, y de repente recordé que mi hijo estaba en mis piernas.

Me miraba, sus ojitos chiquitos e inocentes se desplazaban como queriendo salir de sus orbitas, mi pequeño intentaba descubrir que le sucedía a ese ser frente a él que aún no sabía como llamar pero si sabía quien era, un ser que había visto desde siempre y que siempre le dio cariño y comida, mi niño me miraba con aparente miedo en el rostro y yo me conmoví, acaricié su cabecita y un gemido escapo de mi garganta y mas lagrimas brotaron de mi rostro, y la película loca de mi mente me mostró un futuro negro y triste para mi y mi hijo, un futuro incierto, un futuro estúpido. Mi hijo me miraba y movía su boquita haciendo cuchara e intenté consolarlo pero no me salían arrullos de mi garganta solo gemidos, las lagrimas seguían invadiendo mis ojos y mi dolor haciendo más hondo el hueco de mi pecho, mi bebe miraba sufrir a ese ser que no sabía como llamar pero sabía quien era, sus ojitos ahora parecían llenos de miedo, luego de tristeza, desolación, me daba rabia que me viera ahí, que la inocencia de mi hijo se viera empanada por la vida estúpida que su madre había elegido al lado de su padre. Fue cuando me dio el mejor regala de mi vida, supo llamar a ser que tenía enfrente.

–          Mama

Dijo mama sin poder disimular la cucharita de tristeza que formaba sus labios, dijo mama y desde entonces me llamo así, dijo mama y fue la única ayuda que pudo prestar a ese ser que parecía necesitarla, dijo mama y le regaló a su madre el valor necesario para regalarte otra vida, otra vida diferente, dijo mama y me convirtió en la mujer que hoy soy, no la mejor del mundo, pero si una que supo hacer lo que debía hacer, dar una madre a su hijo.

Jamás olvidé ese momento, pasaron muchos cumpleaños, otro matrimonio, otros hijos y otro fracaso para que yo le compartiera ese momento a mi madre, le compartiera ese momento que había sido mi mayor tesoro, ese momento que marco mi vida para siempre. Quizás pasaron algunos meses de mucho miedo y dolor para que dejara al padre de mi hijo, pero fue ese momento el que determinó el camino que tenía que seguir.

Neyda

Autor: Aldo Gutiérrez

PD: Por todas aquellas que aún sufren en silencio, que aún cargan mucho dolor en sus almas, por aquellas madres que aún no tendrán un dia feliz, por que pronto todas encuentren la luz para salir.

Feliz dia a las madres lectoras de este blog, muchas felicidades a las Madres de Nicaragua, a mi Madre quien sin ella no consibo mi vida, a mi hermana que es mi inspiración y a todas las madres de mi familia, y una humilde felicitación a la Madre del Cielo.

6 comentarios en “La Madre del Viernes Santo

  1. Las madres son un ejemplo a seguir en cuanto a perseverancia y lucha. Son emprendedoras de la vida, y es injusto que haya personas, si se le puede decir personas, que hagan de su vida miserable. Como hijos e hijas debemos hacer lo posible para que nuestras madres no pasen por esas situaciones de maltrato.

  2. ¡ !Que barbaridad !, estos casos son espeluznantes, maltrato físico y psiquico. A este tío en España le habría impuesto el juez una orden de alejamiento, el maltrato a la pareja está muy penado.
    Ánimo a esta madre que magistralmente describes, saldrá adelante con su hijo, todo habrá sido una pesadilla.
    En cuanto al sujeto del que hablas, el maltratador, ( aquí se les llama maltratadores y están considerados delincuentes ), el tiempo le dará su merecido.
    Por lo demás ha sido muy bonito de leer.
    .

  3. Hola Aldo, hacía mucho que no me encontraba un texto tan despejado, tan abiertamente escrito. Precioso
    Coincido contigo en que las madres son un tesoro, no envejecen y siempre tienen abrazos para acoger.
    Besos

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