
Cuando era yo muy niño, me fascinaba estudiar la historia. Pienso que cuando niños tenemos cierta tendencia a la violencia, por lo menos en mi caso, degustaba mucho leer y re leer, investigar y saber más sobre los conflictos bélico, incluso los llevaba al plano real, construía mis propias ciudades y luego las bombardeaba, para entonces, no tenía la menor idea de que los bombardeos no eran un simple juego de luces naranjas, eran sinónimo de muerte y destrucción, y sobre todo dolor.
Junto con esa pasión, también sentía atracción sobre ciertos asentamientos humanos, Constantinopla, Adrianopolis, Roma, Jerusalén, Madrid, Londres, Edimburgo, Paris, Venecia, Hamburgo, Moscú, San Petesburgo, Buenos Aires, Philadelphia, Montreal; son ciudades que solo he conocido por la tv y las enciclopedias, libros de historia y geografía, pero que siempre han captado mi atención y no podría explicar porque.
Sin embargo, la fascinación y la pasión no murió del todo en la madures, y en la literatura volví a disfrutar de ello, en especial en la saga de El Señor de los Anillos.
Tolkien fue muy justo y no escatimo detalles al recrear en la mente del lector ciudades de construcción tan monumental e imposible como Minas Anor o Minas Tirith la Torre del Sol, una ciudad enclavada en estribación de una montaña, constituida por siete sectores circulares atravesados por una forma de proa de barco montañosa, una ciudad en niveles ascendentes hasta la ciudadela donde se alza gloriosa la Torre.
De todas las construcciones y asentamientos de la Tierra Media, Minas Tirith es la que más me fascina, por su historia, el impresionante asedio al que sobrevivió y la acción que se vive en ella, de forma esencial en la tercera parte de la saga, El Retorno del Rey.
Minas Tirith y si blancura antigua, se contrapone a la oscura Minas Morgul, otrora Minas Ithil, la Torre de Luna, la ciudad alta y muerta que fuera nido de los espectros del anillo, oscura en todos los sentidos, no puto tener otro destino que ser arrasada hasta sus cimientos y deshabitada por completo.
Y bueno, no se diga Barad – dûr la morada del terrible Sauron, donde la Torre oscura del ojo sin parpado se alzaba altiva vigilante de los pueblos libres de la Tierra Media.
En fin, la realidad y el mundo se inmiscuyo en la Alta Fantasía, creada por Tolkien, representada en la grandiosidad histórica de grandes ciudades como Minas Tirith
Creo que este Sr se inspiro para describir esta ciudad en la magnificencia de las ruinas de lo que fue la ciudad sagrada de los Incas en el Peru, ubicada en el Cusco y que todos conocemos como «Machu Pichu»
Saludes Aldo Jose.
Pensandolo bien tienes razon, Machu Pichu era un fortaleza al igual que Minas Anor… gracias por volver…
YA SABES QUE NO SÉ NADA DEL SEÑOR DE LOS ANILLOS, PERO ME GUSTA TU ARTÍCULO
Gracias por tu visita…
Un gran post, es cierto que siempre se disfrutan de estas recreaciones, ya sea la que tu dices de Tolkien, sus ciudades, monumentos que presenta con historia… o de cualquier otro autor.
Me ha encantado.
Besos
Los Argonat son impresionates…
Cari, me ha gustado este post. Me he ausentado un poco, pero ya vuelkvo pronto…jejejeje ….xD! Son sun gran historiador!!!