En nombre de progreso se pueden sacrificar inmensidad de cosas, que para algunos no signifiquen mucho. Para los raros como yo, saber que la quietud de mi pueblo se ve amenazada por el progreso, que traerá mejor vida a todos, mayor fuente de empleos y dinero, mucho dinero, no es motivo de alegría.

Muchas personas de las grandes ciudades ven a pueblos con el mío, pequeños, tanto que no hay necesidad de taxis, como si fueran lugares incivilizados donde la vida no vale nada, es todo totalmente aburrido, no hay donde salir, no hay variedad de canales para ver tv, es todo tan ordinario y común, hay, es fastidioso. Incluso personas que nacieron en pueblos, parte de su vida fueron habitantes de pueblos y luego necesidades y otras cosas los llevaron lejos, al regresar a ellos, se sienten extranjeros, extraños, como si nunca en sus vida caminaron por aquellas calles, y ojo, no digo que todos, pues muchos añoran regresar de forma definitiva.
Sin embargo, que de malo tiene mi pueblo Telpaneca, hay internet y señal de celular, hay diez canales internacionales y cuatro nacionales, hay varias congregaciones y denominaciones religiosas (excepto satánicas, o por lo menos no me he enterado), podrías caminar por sus calles a cualquier hora sin temor a que te asalten o asesinen por robarte el celular o la cadena de oro, el parque no es muy grande pero tiene sitios donde una pareja pueda verse a escondidas, por lo menos hacen el intento.

El clima, bueno, es caliente por lo general pero de Noviembre a Enero es fresco y tiene atardeceres dignos de bosques élficos. La gente, acogedora, bueno tampoco abrirá las puertas de par en par a cualquier extraño verdad, pero brindan ayuda siempre que se pueda. Un pueblo muy religioso, con fiestas bonitas, con una topografía bastante accidentada, para muchos un dolor de cabeza pero a mí me encanta.
Su quietud, interrumpida por uno que otro vehículo, por el canto de los pájaros, el ladrar de los perros, el cantar de los gallos, uno que otro equipo de sonido con música de moda, esa magia de pueblo que casi nadie sabe valorar, esos caminos y callejones poco transitados, sin aasfaltar y rodeados de vegetación, vestigios de una industria perdida o interrumpida por la guerra y la post-guerra. Lugares donde de niño cree mis propios países, ciudades, mis propios conflictos bélicos, tratados de paz, historias de amor y desamor, intriga y aventura. Un pueblo que en los hogares de sus habitantes, en las cocinas de fogón, aún se guardan secretos sin revelar, secretos de familias que apasionarían a cualquier escritor en busca de su betseller.
¡Descubrieron oro! El Río Coco que surca nuestro pueblo, estuvo siempre bañado por pepitas de oro, que desde antaño se extraían, ahora la fiebre parece tener de nuevo un germen, y esta vez una empresa, u organismo, gubernamental o privado (la verdad los comunes no nos esteramos de esto) invadió las playas de nuestro río escarbando, ¡Encontraron oro!, se cuchichea en las cocinas, se comenta en las aceras. Un helicópterosurco nuestro cielos con rumbo a “El Pericón” (comunidad rural donde también se extrajo oro en el pasado), ¡Son los españoles los que echaran a andar la mina!, los huecos en las montañas ya son visibles.
Yo conocí un pueblo minero, no quiero eso para el mío, gente extraña que invada nuestras calles, gente sin escrúpulo que arrastradas por el trabajo y el progreso y el oro lancen por la borda lo que mi Telpaneca siempre ha sido, y por lo que siempre lo he amado, un pueblo norteño, pintoresco y quieto.
¿Cuánto hemos perdido en nombre del progreso y la civilización? Lo principal, nuestra libertad, pues somos esclavos del mercado y el consumismo. La Paz, porque la guerra siempre acompañara a la humanidad y el amor al poder. Muchas bellezas naturales, pues los cultivos y el ganado son más importantes para la economía de los países.
¿Qué derecho tenemos por destruir lo que no es nuestros? Por si no lo recuerdan pertenecemos al reino animal y al igual que ellos nos tuvimos que haber conformado con lo estrictamente necesario para vivir, pero no, deseamos más, somos soberbios y por ello hemos perdido mucho a través de los siglos.
¡Progreso!, ¡Progreso!, a mí no me hace feliz, seré raro, mes consideran raro, pero solo yo veo que la esencia y magia de este pueblo está amenazada por los tambores de guerra que trae consigo el progreso, el socialismo y el capitalismo y todas las formas de pensamiento que arrastra el dinero y el poder, pues el marxismo quería igualdad, pero a la larga sirvió de mampara para que otros, no los de siempre, ejercieran el poder.
La civilización es una falsedad, la mayor mentira de todas, no ha sido más que una máscara para justificar las atrocidades que hemos hecho con el planeta, y nuestras pequeñas comunidades tranquilas.
Managua es un ejemplo, de ser una villa apacible paso a ser la mayor Ciudad del País, con el mayor progreso, el centro de comercio de Nicaragua, las puertas del País al mundo, pero también un nido de delincuentes y ladrones, que te dejan a penas con lo que vistes, a la luz del sol, y sin vida en las sombras de la noche.
No quiero eso para Telpaneca, pero, qué puedo hacer yo, decir lo que siento en mi blog, quizás no sirva de mucho, pero alguien tiene que sentirlo y decirlo.
waoooo exelente articulo …. muy bueno yo no soy de Telpanrca pero mis abuelos son originarios de alli tengo tias tios y primos .. regularmente de niña lo visitaba mucho tengo lindos recuerdo de ese pueblo …. para la guerra nos fuimos a vivir a casa de mis abuelitos … fui muy feliz alli ..tengo tantos recuerdos de nuestra estadia en telpaneca ….. la vida siguio su curso mis abuelitos murieron y yo me vine a vivir a este pais tan ultra moderno (eeuu) nunca mas regrese a telpaneca … al leer tu articulo me trasladastes a mi infancia y la comparo con mi vida q tengo ahora y aunque el progreso es bueno y necesario EXTRAñO tanto ese lugar tan bello como es Telpaneca …. sabes que ??? la proxima vez k visite mi pais me dare un tiempo para visitar nuevamente ese pueblito que quiero tanto.
Valla que sorpresa, y a quien visitaste, que bueno que mi post halla servido para traerte de nuevo aunque sea en recuerdos a mi queiro pueblo, puedes escribir a mi correo aldojosueg@yahoo.es o bien buscarme en Facebook Aldo Gutiérrez Aldana
Me gusta mucho. Me identifico con tu punto de vista. Pero la rutina de los pueblos, así como la de las grandes ciudadades, es asfixiante y tiene algo de satánica. No me gusta. Lee la novela de José Adiak, se plantea exactamente lo mismo…
La leere en cuanto pueda, pero bueno, es cierto a veces en Telpaneca tengo ganas de salir corriendo como dicen, pero luego cuando estoy algunos dias lejos lo extraño muchísimo, los pueblos no son feos, es a veces la gente que los habita los que los vuelve así…
De pie el agua me llegaba a la rodilla, acostado en el lecho del rio, el agua me cubria, estiraba los brazos y me dejaba llevar por la corriente boca abajo, clara, bien clarita, con los ojos abiertos, viendo a travez del liquido que quimicamente se le llama, H2O.
Era el rio Coco el que por siglos inmemoriales a pasado frente a San Juan de Telpaneca, y seguira pasando, adornando con escarchas de oro sus bucles argentinos, colochos de agua que entrampados entre las piedras danzan en locas vueltas, se estiran y se van.
Estuve en San Juan de Telpaneca hace mucho tiempo para la alfabetizacion, visitando a los chavalos del Colegio San Francisco de Asis que casualmente alfabetizaron en el «Pericon»,
parecia un pueblito de nacimiento, quieto y tranquilo, con el tiempo sumiso a los va y vienes de sus habitantes.
El desarrollo no es mas que codicia, si encuentran oro, entonces llegaran los buldozer, las cercas de piñuela desapareceran, creceran los sitios de diversion, y el puñal se arropara entre la blanca sabana, para tornarse carmesi al solo caer el sol.
Me da pena saber lo que le espera a sus habitantes por que cuando el oro se agote solo quedara horfandad, pobreza y olvido.
Si tan solo se pudiera hacer algo para evitar el saqueo de la madre tierra con gusto lo haria, para que las aguas del rio Coco sigan pasando por San Juan de Telpaneca, claritas y danzarinas como la vez en que me deje arrastrar por su corriente.
Aldo, que significa «Telpaneca»?
Que bien, que gusto me da saber que conocistes mi pueblo adorado.»Telpaneca» significa «Pasadizo de piedra», debe su nombre a que en la antigüedad, nuestros padres indigenas cruzaban el rio a través de piedras gigantescas de las cuales antes del Mitch yo vi algunas, pero eso fue hace mucho, donde se alzan los vestigios del antigüo vado, ahí era el pasadizo de piedras.
Gracias por tus palabras y que bueno saber que no soy el unico loco…
Agradezco tus visitas y lo que dices con palabras poéticas es cierto.. la metáfora ayuda a que la realidad no sea tan cruel, pero al fin que lo es…
me gusta mucho tu publicación, no te considero raro, y si alguien te considera raro, yo tambien soy rara, ami tambien me gusta la tranquilidad, sin mucho trafico, ni ruido, ni asaltantes. A veces «El desarrollo aruina los recursos naturales y la belleza de un lugar».
Es por eso que la pensaria mucho vivir en un lugar de managua, demacidos peligros. Y por lo que estoy viendo Esteli ya va por esos caminos, ahorita se estan construyendo empresas más grandes y menos reforestación, y eso significa más consumismo más basura. El trafico esta peor. Recuerdo que esteli no era asi antes. «El progreso ha llegado» y con eso las consecuencias 😦
La fiebre del oro. Eso es mu malo, los humanos son ambiciosos. Y no se detienen hasta no conseguir lo que quieren y más si se trata de tener dinero, sin importarles en destruir la flora y fauna silvestre.
Yo espero que en Telpaneca no ocurra eso, por lo que cuentas puede ser un buen lugar para promover el turismo sostenible. 🙂
Buen post
Eso espero yo, pero los tambores de guerra ya son bien audibles. Ojala no sea tan alarmante pero si lo es pues habrá que luchar por el derecho de tener un pueblo como lo ha sido siempre…