Mi humilde opinión Nº38
- Portada editorial Edebé, tomada de http://www.esliteratura.com
Tercera novela que leo del español Carlos Ruiz Zafón, “Las Luces de Septiembre”, publicada en 1995, se considera como la última parte de la llamada “Trilogía de la Niebla” que la conforman El Príncipe de la Niebla y El Palacio de Medianoche, de estos últimos ya tuve el placer de leer El Príncipe de la Niebla del que ya publiqué en este mi blog.
En si el libro sigue la línea de lo que ya leí en El Príncipe de la Niebla, aunque no es una saga ni hay un orden establecido en leerlos, por lo menos en lo que se refiere a estos dos libros, hay un patrón que se repite: villano sobrenatural, un pueblo costero, las acciones acontecen en veranos de la primera mitad del siglo pasado, una familia nueva llega al pueblo, descubren su vida, secretos y leyendas, historias inmersas en otras historias, la mayoría tristes, que derivan en odio y rencor, elementos como gatos negros, relojes se repiten también.
En las luces de Septiembre conocemos a la familia Sauvelle, los forasteros que por motivos varios llegan a Bahía Azul, un pueblo pintoresco y de en sueño enclavado en la costa de Normandía, conocemos a Lazarus Jane, un misterioso fabricante de juguetes que vive recluido en una gigantesca mansión gótica llamada Cravenmoore, poblada por seres mecánicos, juguetes increíbles, autómatas y sombras del pasado… una enigma en torno a las luces que brillan entre la niebla que rodea el islote del faro precisamente en el mes de septiembre. Una criatura de pesadilla que se oculta en todos lados, estos y otros elementos tejen la trama del misterio que unirá los destinos de Irene Sauvelle e Ismael para siempre durante este verano en ese pueblo pintoresco. Un misterio llevará a todos los protagonistas a vivir una emocionante y terrorífica aventura en un mundo de laberinto inmerso entre luces y sombras.
No pude en todo momento recordar a El Príncipe de la Niebla, no por que fuera una copia si no por los patrones que se repiten, sin embargo no puedo decir cual de las dos es la mejor. Para ser una novela de suspenso si logró trasmitir cierta emoción pero no fue intenso, el final un poco conmovedor, pero bastante predecible, las cartas que incluye al inicio y el final de la historia, una especie de correspondencia entre Irene e Ismael me gustaron mucho, si algo tengo que alabar es la fluidez del texto, a pesar de llevar bastante descripción no me aburrí y en algunos episodios me pareció estar en la sala de mi casa viendo una película de suspenso duran te un fin de semana.
No es mi libro favorito de él, sin embargo la historia tiene méritos y potencial, los personajes son profundos y no encontré aquí clichés como en El Príncipe de la Niebla. Para estar orientada a un público juvenil no esta mal, como dije, no aburre, hay cantidad de lugares y escenas que vuelven a libro liviano, Carlos Ruiz Zafón sabe como tejer las historias imprimiendo acción y movimiento a las escenas logrando casi construir una sucesión de fotogramas, lo cual es de alabar.
En mi humilde opinión, un buen libro, pero no el mejor de Carlos Ruiz Zafón. El ejemplar que leí, Editorial Edebé, Colección Periscopio Nº 30, 9ª Ed y si, es otro mas de la colección «Un libro para Nicaragua» en la Biblioteca de FAREM – Estelí. Los dejo con algunas frases muy buenas que encontré:
“El mar tiene estas cosas; todo lo devuelve después de un tiempo, especialmente los recuerdos”
“Este era un pueblo donde los resfriados eran noticia y donde las noticias eran más contagiosas que los resfriados” P 42
“…no valías la pena perder e tiempo en intentar cambiar el mundo; bastaba con evitar que el mundo le cambiase a uno” P 44.
Recomiendo el libro a pesar de lo que ya mencioné, es de lectura entretenida y cualquier lector puede embarcarse en esta pequeña aventura sin riesgos al tedio o aburrimiento. Atrévanse amigos, Carlos Ruiz Zafón cuanta muy bien este tipo de historias.
Tambien me gustaria leer este libro, esta interesante el libro, pero no puedo dar una critica como vos porque no lo he leido :D.
jejejejeje me gusto mucho la tercera frase que pusiste “…no valía la pena perder el tiempo en intentar cambiar el mundo; bastaba con evitar que el mundo le cambiase a uno”, es algo muy cierto debemos evitar que el mundo cambie lo bueno que tenemos. Como sabemos las personas de este mundo se vuelven orgullosas, ambiciosas, crueles y no podemos dejar que nos hagan iguales. El mundo puede ser muy influyente.
Muy buen post. 🙂
amen por eso