!Canto de Juventud! en el Teatro Nacional

Con motivo del 32 aniversario del Triunfo de la Revolución Popular Sandinista, acaecido el 19 de Julio de 1979, el Gobierno Sandinista de Nicaragua (yo supongo) organizó el pasado 17 de Julio en el Teatro Nacional Rubén Darío, un concierto de música revolucionaria, música de protesta, izquierdista, rojo y negra, de campaña; concierto cuyo público era la Juventud  Sandinista 19 de Julio, jóvenes ataviados con camisetas blancas con motivos sandinistas (o más bien conmemorativa y de propaganda, es año de elecciones), llenaba la sala mayor del Teatro Nacional.

Panonrámica del Teatro Nacional Rubén Dario, Managua Nicaragua.
Panonrámica del Teatro Nacional Rubén Dario, Managua Nicaragua.

¡Patria Libre o morir, ¡Patria o muerte venceremos, ¡ ese grito resonó incesante en la gran sala mayor del Teatro, la sala más insigne icono cultural de Managua. Y así, con este escenario, en voz de grupos (de los cuales no se su nombre) se escucharon: “El Cristo de Palacagüina”, “Venceremos”, “El canto de meditación”, “Las Mujeres del Cuá”, “Venancia”, ”María Rural”, ”Comandante Carlos Fonseca”, ”La Tumba del Guerrillero”, ”El cenzontle pregunta por Arlen”, “No se me raje mi compa”, “La Consigna”, “Las Casas de Cartón”, “No vasta rezar”, “Vivan los estudiantes” y muchos otros himnos de protesta que en tiempos aciagos y de triunfo los Hermanos Mejía Godoy, el grupo Pancasan y los Guaraguao así como otras agrupaciones entonaron en mítines políticos, y algunos se escucharon en la por entonces clandestina Radio Sandino.

Canciones que a mi, muchas de ellas, me erizan la piel y me transportan a una época de ideales y utopía, de lucha sincera, de entrega a la “Organización”, dar la vida por ver libre a la Patria de Sandino y Darío de una dictadura de cuatro décadas que para los años setenta era un animal carroñero que peleaba por conservar el poder.

Sin embargo, el motivo de esta publicación no es recordar, si no algo para demostrar un poco la redondez de la historia, los ciclos eternos que no tiene principio ni fin y que obligan a un país  a recorrer una y otra vez los mismos lugares y vivir las mismas situaciones.

Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío
Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío

El Teatro Nacional Rubén Darío fue inaugurado el 6 de Diciembre de 1969 (Nueve años, siete meses y 13 días antes del Triunfo de l RPS), con la presentación del Ballet Folklórico de América, dirigido por la mexicana Amalia Hernández. Su construcción la impulso la insigne Hope Portocarrero ,de Somoza, si, la mismísima esposa del entonces del General de División Anastasio Somoza Debayle (Jefe Director de la Guardia Nacional GN) y futuro presidente de Nicaragua, en continuidad con la Dictadura que iniciara su padre en 1934.

En la novela del nicaragüense Jorge Canda “La Última Visión”, el protagonista narra como estudiantes universitarios en protesta a la inauguración del “Elefante blanco” (así llamaban a la nueva edificación en son de burla e insulto a la familia Somoza), representaron su propia obra de Teatro frente a la Catedral Metropolitana de Santiago (hoy antigua Catedral de Managua) con cartelón  que haciendo alusión al costo del edificio, su publico eran pobres de las barriadas de Managua que contrastaban con la elegancia de la burguesía nicaragüense que ataviada con sus mejores galas asistía a tan magno evento. Ya en esa época, la clandestinidad era el destino de muchos jóvenes y personas que eran fichadas por la policía secreta de Somoza, una época que palabras como sindicato y revolución te hacían sospechoso.

Doña Hope creía que Nicaragua merecía un espacio cultural digno, y así impulso la construcción del Teatro bautizándolo con el nombre del Príncipe de las letras castellanas, Rubén Darío, mismo nombre que ostentaba el Instituto Pro Arte y luego Sociedad Pro Arte ella misma presidia. Hope Portocarrero, uno de los iconos del glamur de esa época, gestora de obras de beneficencia, también vio la miseria del pueblo y ayudo en lo que pudo, o quiso y quizás le fue permitido. Muchos de los hospitales que hoy tiene la capital y el país se deben a la labor de esta mujer. Cuando se dio la inauguración del teatro fue criticada como frívola ante la elegancia del edificio, sin embargo ella lo único que quería era hacer mas culto al pueblo, quisiera portarme cortes con ella y creer en su imposibilidad de ayudar de verdad el pueblo, que en su mayoría era pobre y no podría ni considerar la posibilidad de entrar a conocer por dentro al elefante blanco.

Hope Portocarrero de Somoza y dos de sus hijos. Foto Histórica en la Hacienda El Porvenir de los Somoza, en San Marcos Carazo. Tomado de: www.estrelladenicaragua.com
Hope Portocarrero de Somoza y dos de sus hijos. Foto Histórica en la Hacienda El Porvenir de los Somoza, en San Marcos Carazo. Tomado de: http://www.estrelladenicaragua.com

Doña Hope se separo de Somoza en 1978 y se radicó en Londres, no estuvo en el país para presenciar los acontecimientos de Julio de 1979, su vida continuo normal, se caso con un multimillonario salvadoreño y al final de su vida (5 de Octubre de 1991) era poseedora de una gran fortuna.

¿Qué diría al ver el “Canto de Juventud” en la egregia Sala Mayor de uno de sus legados culturales más importantes a Nicaragua? Jóvenes entonando canciones en las que el nombre de el que fuera su esposo es mencionado con desprecio.

Se dice que ella no estaba de acuerdo con el proceder de su esposo, los últimos años de matrimonio fueron mera apariencia pero quizás al igual que muchas otras mujeres de la historia (María Antonieta y Eugenia de Montijo por ejemplo) cargaría con las sombre de los eventos y épocas que les toco vivir, sin embargo, el nombre de doña Hope no aparece en las canciones revolucionarias, y su paso por Nicaragua siempre es sinónimo de elegancia, belleza y cultura.

¿Qué dirían los jóvenes universitarios que en su tiempo veían al teatro como un insulto al país en miseria?.

El 17 de julio del 2011, 32 aniversario de la huida de Somoza de Nicaragua, día de la “Alegría Nacional”, en el Teatro Nacional Rubén Darío de Managua, tuvo lugar el concierto “Revolución ¡Canto de Juventud¡”, jóvenes sandinistas, henchidos sus corazones con alegría, dispuestos a conquistar mas victorias (las mas inmediata, el triunfo de las elecciones) quizás no supieran que el recinto donde se encontraban es uno de los recuerdo de Doña Hope, símbolo también de Somoza, quizás con esto le digan a sus ancestros en ideal, que odiaban ese recinto que la historia ya dio vuelta a la tortilla, y que al final ese recito una bella mujer lo ideo como un espacio de cultura, y ¿que son las revoluciones si no expresiones culturales del sentir de la humanidad?.

Ironías de la vida, hoy el Teatro sigue en pies, es un icono de Managua, queda al margen de la también histórica Plaza de la Revolución (antes Plaza de la República). Su estructura antisísmica con tecnología japonés logro soportar el fuerte terremoto de Diciembre del 72 que dejo a Managua en Ruinas. Y fue uno de los pocos lugares que conservaron su nombre luego del Triunfo de la RPS, bueno en ese tiempo en ves de ser teatro nacional, era teatro popular, pero siempre “Rubén Darío”.

Grabados quedaron los gritos del ¡Canto de Juventud¡ como grabados quedaron los paso de Hope Portocarrero conmovida ante su obra.

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