
Una voz clama que debo amar,
esa voz que pocas veces seguimos,
la consideramos tonta,
despreciamos su consejo,
pero a veces esa voz inicua
es más sabía que nuestro ingenio.
Una voz clama que debemos amar,
amar la tierra que pario al tiempo,
al hombre y a la historia,
admirar el cielo celeste y el mar azul eterno.
Esa voz clama por que busquemos,
busquemos y no nos cansemos de buscar,
buscar al ser amado,
buscar el brillo especial en los ojos,
buscar la sensación rebosante
de sentirse completo.
Es el corazón el dueño
de esa voz incansable,
Es el corazón, templo del alma invisible.
Amar, buscar, admirar.
La oración y la alegría,
la petición y la felicidad,
formas de buscar que ya pocos usan,
por que ya no confían en la voz tonta que te dice
que la niña que tienes en frente
aunque su cabello sea feo
puede ser el amor de tu búsqueda
tu otra mitad, la garantía de tu plenitud y felicidad.
Es el corazón el que clama nuestra atención.
Es el corazón el verdadero guerrero,
el verdadero héroe de los cuentos de hadas.
Autor: Aldo Gutiérrez Aldana, El Brujo Blanco.